Después de varios años de análisis la National Highway Traffic Safety Administration –NHTSA-, ha anunciado oficialmente que a partir de 2018 todos los vehículos "ligeros" que se vendan en Estados Unidos deberán equipar de serie una cámara de reversa.
La decisión se produce poco después de una investigación del Insurance Institute for Highway Safety –IIHS- donde se confirmó que estas cámaras mejoran significativamente la visibilidad y son capaces de salvar decenas de vidas cada año. La NHTSA estima que 210 personas (entre ellos muchos niños) mueren cada año y 15,000 resultan heridas en accidentes cuando el automóvil va de reversa. La NHTSA ha encontrado que los niños menores de cinco años representan el 31 por ciento de las víctimas mortales en accidentes de reversa cada año, mientras que los adultos mayores de 70 años y más representan el 26 por ciento.
Actualmente la NHTSA, solicita a los fabricantes de la existencia de cámaras, sino que define un área específica detrás del vehículo para obtener una buena visibilidad. Esta transición se producirá gradualmente. Los fabricantes deben cumplir con la regla de la visibilidad en el 10% de los modelos nuevos de entre el 1 de mayo de 2016 y el 1 de mayo de 2017, 40% de los vehículos nuevos a partir del 1 de mayo de 2017 hasta el 1 de mayo de 2018, para posteriormente llegar al 100 %. La regla no exime a los fabricantes con una producción de pequeño volumen.
A pesar de que en la actualidad no es obligatorio cada vez más fabricantes de vehículos están incorporando el sistema de visión trasera debido a la demanda de los consumidores. Y es que además de ser más seguros para el conductor y peatones, permite a los automovilistas que las maniobras de estacionamiento sean más sencillas.