La planta Motomachi de Toyota y Lexus tiene una importancia histórica muy significativa en el desarrollo de la compañía japonesa, ya que refleja su gran historia y la promesa de un futuro brillante.
Fue fundada en 1959 como la primera planta de producción de autos Toyota para pasajeros y su nombre “Motomachi” representa mucho más que una fábrica más de vehículos para la firma.
Aquí es donde se han producido algunos de los modelos más importantes de las dos marcas en los últimos años, bajo los principios de la más alta calidad.
Por ejemplo, fue en la planta Motomachi donde se fabricó la primera generación del híbrido Toyota Prius, así como el superdeportivo Lexus LFA, que fue la inspiración del actual LC 500 y el Lexus LC 500h.
Aquí también es donde se fabrica el Toyota Mirai, el primer auto de producción general en todo el mundo, impulsado con celdas de hidrógeno, que ya está a la venta en Estados Unidos. A partir de 2016, estas instalaciones comenzaron a producir modelos de Lexus.
Planta Motomachi en Toyota City, historia y futuro de Toyota Lexus
La producción del súper deportivo Lexus LC por ejemplo, combina la técnica de fabricación “takumi”, que se puede explicar como un proceso artístico más que industrial.
Existen solo 8 técnicos especializados en el proceso “takumi”, quienes se encargan de supervisor los procesos para moldear las partes de la carrocería, la pintura, el ensamblaje y la inspección final.
Cada paso de cada proceso se realiza bajo técnicas artísticas y los maestros “takumi” realizan pruebas minusiosas para asegurarse de que todo se realice en forma perfecta.
Por ejemplo, para asegurar la maxima rigidez de la carrocería, se utiliza una técnica de soldadura con rayos láser y para aligerar el peso total del vehículo se usa un polímero de fibra de carbono para fabricar el techo.
Las habilidades de los técnicos takumi fue usada también para la producción del deportivo Lexus LFA y ahora ha sido modernizada para la producción del LC, que tiene una línea de producción dedicada.
Un detalle que sorprende a cualquiera que visita esta planta es que la línea de producción del Lexus LC es totalmente blanca del suelo al techo, con la intención de que los técnicos que trabajan en ella, se puedan concentrar en la misión de alcanzar el más alto nivel de calidad.
Esto se logra también dedicando aproximadamente 12 veces más de tiempo en la producción de un Lexus LC en comparación con otros modelos Toyota/Lexus, ya que se trata de un proceso de producción mucho más complejo y delicado.
Todos los técnicos utilizan tabletas que les indican todos los puntos específicos que deben seguir para lograr el producto perfecto, como complemento a su alto nivel de habilidad individual.
Cuando el auto es terminado - se producen 35 unidades diarias en promedio -, se inspecciona bajo luces LED que apuntan en todas las direcciones posibles para poder detectar el más mínimo defecto y en su caso, corregirlo, algo que pasa muy pocas veces.
Esta zona de inspección está protegida por cristales de gran espesor, lo que crea un ambiente de silencio absoluto bajo el cual se puede detectar cualquier ruido anormal en la operación de las puertas y otros sistemas.
Finalmente, cuando cada auto supera la inspección final, es llevado a la pista de pruebas de la Planta Motomachi para una prueba a toda velocidad y eventualmente para su venta en Japón y el resto del mundo.