Existen historias interesantes en el mundo de autos clásicos y la del BMW 1600 GT no es la excepción no sólo porque es un one-off con 50 años de existencia, sino por todo lo que está detrás de este auto extremadamente raro.
La historia comienza en 1966 cuando BMW adquiere la compañía productora de autos Glas basada en Dingolfing. Desde 1964 Glas producía los 1300 GT y 1700 GT diseñados por Frua, y para 1967 ya había modificado la plataforma con el característico diseño de la marca alemana y sus parrillas de riñón, así como con el motor 1.6 litros de 103 hp, eje trasero, y asientos del 1600 TI.
BMW 1600 GT, una joya única
Con estas modificaciones el auto salió a la venta bajo el nombre de BMW 1600 GT y estuvo en producción menos de un año, vendiendo 1,255 unidades y convirtiéndose en uno de los autos de producción más raros de la marca bávara. Todos los 1600 GT vendidos fueron versiones de techo fijo, esto a pesar de que tanto el 1300 GT y el 1700 GT de Glas contaban con versiones descapotables.
Un importador de autos de Estados Unidos, Max Hoffman, pidió a BMW construyeran una versión convertible del 1600 GT con un motor de 2.0 litros. En 1967 el auto terminado en la planta de Dingolfing y estilizado por Frua fue entregado a BMW. Un segundo prototipo se construyó pero fue destruido después de un accidente.
El plan de llevarlo a la producción nunca se llevó a cabo y el único BMW 1600 GT pasó a manos del accionista más grande de BMW es ese tiempo, Herbert Quandt. Su familia mantuvo el auto en su propiedad por algunos años y después pasó a manos de diferentes dueños hasta que que fue adquirido por el Allianz Centre for Engineering en Munich quienes lo restauraron en gran medida.
BMW rastreó el auto por mucho tiempo y lo adquirió con el plan de llevarlo a su estado original. Después de varios años de restauración por expertos y aprendices bajo su guía, el BMW 1600 GT está de vuelta en su mejor forma y este es el resultado.