A pesar del bombardeo de mensajes políticos, amenazas de nuevos impuestos y teorías de conspiración por parte de gobiernos extranjeros, la frase “Mi auto nuevo es MADE IN CHINA y no me importa” está cobrando cada vez más relevante entre los conductores de Estados Unidos.
Según un reciente estudio de Autolist.com, a 61% de los consumidores de Estados Unidos no le importa el país donde se fabrica un vehículo a la hora de elegir un auto nuevo.
Menos de la tercera parte de los encuestados (61%), dijo que un auto MADE IN CHINA afectaría negativamente su decisión para comprarlo y 21% dijo no estar seguro de que lo haria.
La principal preocupación de los consumidores consultados sobre los autos chinos, se refiere al impacto que eso tiene sobre los empleos en Estados Unidos y la confiabilidad de los vehículos.
Casi la mitad (53%), dijo estar al tanto de que marcas como Cadillac, Buick, Volvo y muy pronto Ford, estarán fabricando vehículos en China para el mercado de Estados Unidos y que eso no es factor para sus decisiones de compra o lease.
Aunque la producción de autos y camionetas en México y Canadá ha sido la norma durante décadas gracias al Tratado de Libre Comercio en Norte América (NAFTA, por sus siglas en inglés), China se está convirtiendo rápidamente en un país clave dentro de la producción global de vehículos para las marcas que buscan penetrar ese mercado y aprovechar la abundante mano de obra de ese país.
Como resultado, para muchos fabricantes tiene grandes ventajas financieras importar sus vehículos MADE IN CHINA a Estados Unidos.
El año pasado, Ford anunció que fabricará la próxima generación del compacto Ford Focus en China en lugar de México, como lo tenía planeado originalmente. Ese modelo debería llegar al mercado de Estados Unidos a mediados de 2019.
Mi auto nuevo es MADE IN CHINA … y no me importa
Volvo — que es propiedad del conglomerado chino Geely — y Buick, una de las divisiones de General Motors, así como Cadillac, ya importan vehículos hechos en China.
Según el estudio de Autolist.com el origen del país donde se ensambla el vehículo le importa poco o nada a la mayoría de los consumidores que, por ejemplo, han cambiado su percepción sobre los vehículos de las marcas coreanas Kia, Hyundai y ahora la división de lujo, Genesis.
Los resultados de la encuesta reflejaron que 49% de los compradores dijo que un auto MADE IN CHINA, no afecta en nada su decisión, 30% dijo que la afectaría “en parte” y 21% dijo no estar seguro.
Ante la pregunta sobre las principales preocupaciones sobre los autos chinos, 26% de los encuestados dijo les inquieta la “calidad del proceso de fabricación en China”, 26% dijo que les preocupa el impacto sobre los empleos en Estados Unidos y la confiabilidad de los vehículos (20%).
Finalmente, una ligera mayoría (51%) dijo estar consciente de que Volvo, General Motors y Ford fabrican autos en China para Estados Unidos, contra 49% que no lo sabía.
La lista de nuevos países productores de autos para Estados Unidos se ha ido ampliando recientemente, por ejemplo con Turquía, que produce el Toyota C-HR y Austria, donde la Planta Magna de Graz, fabrica para Mercedes-Benz, MINI, Jaguar y Land Rover.
En contraste, Audi fabrica ahora en México, donde pronto lo harán también BMW y Mercedes-Benz, Volkswagen, BMW, Honda, Toyota, Subaru, Mazda, Kia y Hyundai lo hacen en Estados Unidos.