Volvo Cars presentó el prototipo Volvo 360c con el que nos pone a imaginar un mundo en el que puedas viajar grandes distancias sin necesidad de aeropuertos. Un mundo en el que puedas evitar los controles de seguridad, las filas, las horas de espera y los aviones ruidosos y abarrotados.
¿Qué harías si pudieras ocupar tu propia cabina de primera clase que te recogiera en casa y te llevara de puerta a puerta?
Esta visión del futuro de los desplazamientos autónomos es la que Volvo Cars propone con su prototipo Volvo 360c, una visión holística de un futuro de los desplazamientos autónomos, eléctricos, conectados y seguros.
Esta tecnología podría abrir mercados en crecimiento para Volvo Cars, por ejemplo en la industria de los vuelos nacionales, que factura miles de millones de dólares.
El Volvo 360c se basa en un vehículo eléctrico totalmente autónomo, sin conductor humano. Capitaliza la libertad de diseño que da la ausencia de volante y de motor de combustión, y ofrece la posibilidad de reinventar la colocación tradicional de los ocupantes en filas de dos o tres.
El vehículo presenta cuatro usos potenciales de los vehículos de conducción autónoma —un lugar donde dormir, una oficina móvil, un salón y un espacio para el entretenimiento— que reinventan la forma de viajar. También presenta la propuesta de una estandarización global para la comunicación segura entre vehículos autónomos y otros usuarios de la vía pública.
Volvo 360c, el futuro no está tan lejos
“El negocio va a cambiar en los próximos años y Volvo debería liderar ese cambio en nuestra industria”, dijo Håkan Samuelsson, Presidente y CEO de Volvo Cars. “La conducción autónoma nos va a permitir dar un gran paso en seguridad, pero también va a abrir interesantes modelos de negocio nuevos y va a permitir que los usuarios pasen tiempo en el vehículo haciendo lo que deseen”.
El Volvo 360c representa un competidor potencialmente rentable para los vuelos en distancias cortas, una industria que mueve miles de millones de dólares, formada por las compañías aéreas, los fabricantes de aviones y proveedores de servicios. Sobre todo las rutas más cortas, en las que la distancia entre origen y destino es de unas 187 millas (300 kilómetros), son las principales candidatas a verse afectadas por un modo de viaje alternativo.
Por ejemplo, el año pasado en Estados Unidos, más de 740 millones de viajeros se embarcaron en vuelos nacionales y el sector genera miles de millones de dólares en ingresos en ese país.
En algunas rutas aéreas nacionales de mucho tráfico, como las que van de Nueva York a Washington DC, de Houston a Dallas y de Los Ángeles a San Diego, se tarda más en avión que por carretera si se cuenta el tiempo de traslado al aeropuerto, los controles de seguridad y las esperas.
“Cuando compras el billete, un vuelo nacional parece una gran idea, pero no lo es. El Volvo 360c representa lo que podría ser un nuevo planteamiento de la industria”, dijo Mårten Levenstam, vicepresidente primero de estrategia corporativa de Volvo Cars. “La cabina para dormir te permite disfrutar del máximo confort de un viaje tranquilo por la noche y despertarte como nuevo en tu destino. Así podríamos competir con los principales constructores aeronáuticos”.
Más allá de los nuevos grupos de consumidores potenciales para las actividades de Volvo Cars, el 360c tiene consecuencias para el futuro del urbanismo, las infraestructuras y la huella medioambiental de la sociedad moderna.
No solo reinventa la forma de viajar, sino que analiza la interacción con familia y amigos en los desplazamientos y cómo pueden recuperar el tiempo mientras se viaja en las ciudades del futuro.
“Los conceptos de vehículos autónomos tienen la tendencia a convertirse en un escaparate tecnológico en lugar de plantearse cómo los utilizaría la gente», dijo Robin Page, vicepresidente primero de Diseño de Volvo Cars. “Pero Volvo es una marca centrada en las personas. Pensamos en la vida cotidiana de nuestros clientes y en cómo mejorarla. El 360c es la próxima versión de este planteamiento”.
El Volvo 360c es un primer paso deliberado hacia un debate amplio sobre el potencial de la tecnología de la conducción autónoma para cambiar radicalmente nuestra sociedad de muchas formas.
“Cuando los hermanos Wright surcaron los cielos en 1903, no tenían ni idea de cómo serían los viajes en avión actuales”, agregó Mårten Levenstam. “No sabemos qué deparará el futuro de la conducción autónoma, pero va a tener un profundo impacto en cómo se desplaza la gente, en como diseñamos las ciudades y utilizamos las infraestructuras. Consideramos el 360c un tema de conversación del que surgirán más ideas y respuestas a medida que aprendamos más”.