El Citroën DS se introdujo al mercado el 5 de octubre de 1955 en el Auto Show de París. De hecho, en apenas 15 minutos ya se habían levantado 743 órdenes de compra para cerrar el día con aproximadamente 12 mil peticiones. Así de increíble es la historia de este auto.
Durante los 10 días que duró la exhibición parisina, el fabricante francés recogió 80 mil anticipos, lo que fue un récord durante 60 años, hasta que llegó el Tesla Model 3, que recibió 180 mil solicitudes de compra en tan solo tres días, en marzo de 2016.
El Citroën DS es un automóvil con motor y tracción delantera que fue fabricado y comercializado por la compañía francesa Citroën desde 1955 y hasta 1975 en versiones sedán, station wagon y convertible, durante tres generaciones.
Destacado por su diseño aerodinámico, diseño de carrocería futurista y tecnología innovadora, el DS estableció nuevos estándares en cuanto a calidad de marcha, manejo y frenado, este último como el primer automóvil de producción en masa equipado con frenos de disco.
El escultor y diseñador industrial italiano Flaminio Bertoni y el ingeniero aeronáutico francés André Lefèbvre diseñaron el automóvil, y Paul Magès desarrolló la suspensión hidroneumática autonivelante. Citroën vendió 1,455,746 ejemplares.
Citroën DS, tecnología de avanzada
Este auto llevaba un novedoso sistema de suspensión hidroneumática que era capaz de auto nivelar y alterar la distancia al piso, en caso de ser necesario. La idea era poder rodar rápido en los pésimos caminos franceses, que fueron maltratados durante muchos años en la Segunda Guerra Mundial.
Adicionalmente, el Citroën DS equipaba un sistema asistido de dirección y transmisión semiautomática (no llevaba pedal de embrague, pero había que cambiar la marcha con la mano).
Para que las transiciones de peso fueran más suaves y el manejo más seguro, el fabricante colocó un toldo de fibra de vidrio y ayudó a que el centro de gravedad fuera más bajo aún.
Los diferentes anchos de la pisada de las ruedas delanteras y traseras, y los tamaños de los neumáticos redujeron mucho la carga desigual, lo que se sabe que promueve el subviraje, típico de los automóviles con motor delantero y con tracción delantera.
Los motores que llevaba el Citroën DS siempre fueron pequeños, desde un 1.9 litros y hasta un 2.3 (con una potencia tope de 126 hp). Sin embargo, su encanto radicaba en otros rubros.
El interior era perfecto para hacer juego con el exterior. Detalles del “futuro” se podían encontrar en este DS. Uno de los atractivos más raros era el del volante, que estaba sujeto a la columna de dirección por medio de un solo brazo.
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