Tres semanas después de que los empleados de la planta de autos compactos de General Motors de Lordstown, Ohio, ensamblaron el último Chevrolet Cruze, de pronto se vieron haciendo fila en la sala de United Auto Workers Local 1112 para inscribirse en el programa de desempleo e intentar averiguar si los van a transferir a otra planta de GM o si la fábrica donde lanboraban logrará sobrevivir.
Esta nota, publicada originalmente en el sitio web de LA Times explica que los trabajadores sindicalizados están furiosos porque acordaron generar $ 118 millones al año para salvar la planta a mediados de 2017, solo para que al final GM amenazara con cerrarla un año y medio después. A menos que el corporativo automotriz cambie de rumbo, Lordstown será víctima de la dura realidad: cada día menos consumidores compran autos sedanes, mientras que la CEO del corporativo automotriz, Mary Barra, enfoca sus esfuerzos en hacer negocios solo donde GM puede obtener grandes ganancias.
"Todo lo que nos pidieron que hiciéramos, lo hicimos", dijo Dan Morgan, presidente de la nave 1112 y negociador principal del acuerdo, cuyos detalles no han salido a la luz. "Y aún así, no tenemos un producto para construir". De acuerdo con LA Times, GM detuvo las operaciones de la planta en marzo y dijo que la demanda de Cruze era demasiado baja para continuar. En un correo electrónico, el portavoz de GM, Dan Flores, afirmó que el sindicato aceptó muchas concesiones pero que no abordó las realidades que enfrenta la compañía.
El problema no es el aumento de salario o la caída de ventas. "No suspendimos la producción del Cruze por algo que el sindicato local hizo o no hizo", escribió Flores. "Descontinuar el Cruze fue una decisión impulsada por el mercado, y no había productos para sustituir su lugar en Lordstown".
Pobres márgenes de ganancia en Lordstown
El sindicato no está de acuerdo en aceptar que el Cruze fue un auto malo y exigen que GM lo sustituya con otro producto, tal vez uno que actualmente se está construyendo en México. De los 38 modelos que GM vendió en los Estados Unidos, solo cinco hicieron más volumen que los aproximadamente 143,000 cruces entregados el año pasado. Sin embargo, los sedanes ya no tienen gran importancia ya que los compradores se están inclinando a favor de los crossovers, los SUV y, en menor medida, por las camionetas pickup. General Motors afirma que incluso en la cima de la popularidad del Cruze, los márgenes de ganancia eran escasos.
"Es la realidad del mercado", dijo Ron Harbour, un consultor de manufactura automotriz global de Oliver Wyman. "Con los autos pequeños, los márgenes son muy estrechos, por lo que si se reduce a un turno, nadie puede ganar dinero". El futuro de la planta se decidirá en conversaciones a finales de este año, cuando GM y la UAW firmen un nuevo contrato laboral para los próximos cuatro años.
El presidente Trump intervino, llamando la atención de GM e incitándola a que reabra la fábrica o que se la venda a alguien que lo haga. En un mitin celebrado hace algunos días en Grand Rapids, Michigan, Trump elogió a la compañía por invertir en una planta de automóviles eléctricos en el estado. Pero la algarabía no duró mucho.
"General Motors acaba de anunciar una inversión de $ 300 millones en su planta de ensamblaje Orion aquí en Michigan", dijo el presidente de Estados Unidos. "Pero también estoy luchando con GM y la UAW para tomar medidas rápidas en las plantas de Hamtramck y Warren, Michigan, así como en Lordstown, Ohio, y lograr que las vuelvan a abrir", puntualizó el mandatario.
Lo que está en juego en Lordstown es el futuro de más de 1,400 trabajadores de planta y miles de empleos indirectos más en el área circundante del noreste de Ohio, un estado que es, por cierto, clave en las elecciones presidenciales. Entre los afectados se encuentran Mark y Sherry Pratt, un matrimonio preocupado por lo que les espera, ya que ambos fueron despedidos después de más de una década trabajando en la planta.
Mark tiene la opción de aceptar una oferta para mudarse a otra fábrica de GM para salvar su pensión y la atención médica para jubilados. Pero aún no sabe si su esposa podría trabajar en la misma planta, y de hecho no quieren mudarse lejos de sus ocho nietos, que también viven en el área de Lordstown. Sin embargo, las cosas se pusieron más difíciles en enero de 2017. GM obtuvo una ganancia récord un año antes, pero las ventas del Cruze, el único vehículo fabricado en la planta de Ohio, cayeron un 17%. Lo primero que hizo General Motors fue eliminar el tercer turno en la fábrica dando de baja cerca de 1,200 empleos y dejando a más de 3,000 personas haciendo casi 190,000 autos al año.
A medida que los consumidores adoptaron los SUV, las ventas del Cruze siguieron cayendo y GM eliminó el segundo turno en junio de 2018, despidiendo a 1,500 trabajadores adicionales. En el Centro de Recursos Humanos de la UAW-GM, Morgan y otros dirigentes sindicales se reunieron con algunos ejecutivos de GM, entre ellos Scott Sandefur, vicepresidente de relaciones laborales, y Cathy Clegg, vicepresidenta de manufactura de América del Norte.
"Sabíamos que estábamos haciendo sedanes ", dijo Morgan. "Pero queríamos saber qué teníamos que hacer para seguir en el juego".
Aunque los ejecutivos de GM no estuvieron disponibles para comentarios, los representantes de la UAW dijeron que GM les dijo que el Cruze no era rentable. Los ejecutivos también dijeron que si el sindicato local adoptaba un acuerdo laboral más competitivo para hacer un producto que se vendiera mejor, eso les daría "una mejor oportunidad para obtener nuevos productos", dijo Morgan.
Llegó el recorte de gastos
Para reducir costos, la UAW fusionó las naves 1112 y 1714, lo que le ahorró a la compañía $ 3 millones al año en costos administrativos. Luego, el sindicato acordó subcontratar los trabajos no relacionados con el ensamblaje, como el manejo de piezas y materiales para trabajadores con salarios más bajos empleados por una subsidiaria llamada GM Subsystems, según un documento revisado por Bloomberg.
Posteriormente, el sindicato permitió que GM redujera la cantidad de trabajadores calificados, incluidos electricistas, instaladores de tuberías, mecánicos y fabricantes de productos, a 130, dejando que la empresa contratara horas extra y cambiando las clasificaciones de trabajo, dijo Scott Brubaker. quien fue presidente de la nave 1714. Aunque el sindicato hizo algunas otras maniobras, nada de eso dio resultado. En octubre de 2018, GM le dijo a Morgan que el Chevrolet Cruze por fin estaba generando ganancias, pero poco tiempo después la compañía anunció un plan de reestructuración que incluía a Lordstown en la lista de plantas que podían cerrarse.
El futuro pinta negro para los trabajadores de Lordstown
Para los trabajadores de Lordstown, la situación es muy difícil, dijo David Green, presidente de la nave. Los trabajadores no saben si deben unirse a las aproximadamente 520 personas que han aceptado una oferta para trasladarse a una planta fuera del estado o quedarse para ver si Lordstown sobrevive. "Si esperas, puede que no haya nada a lo que regresar", dijo Green.
Sonja Smith, quien tiene 24 años en la planta, dijo que considerará un cambio si se lo ofrecen, pero no está contenta con la perspectiva.
"Hicimos todo lo que querían", dijo. "Esta es nuestra recompensa".
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