En una página más en el libro de la aventura en el que SSC está tratando de romper la marca de las 300 millas por hora (482 kilómetros por hora), el Tuatara fue llevado nuevamente a realizar la hazaña y aunque rompió un récord en el intento, el auto se quedó corto en su meta final.
Con 1,750 caballos de fuerza provenientes de un motor V8 con doble turbo y 5.9 litros de desplazamiento, el hiperauto creado por la compañía de Jerod Shelby logró una velocidad promedio en dos corridas de 282.9 millas por hora (455.3 km/h), rompiendo así el récord establecido previamente en 2017 por el Koenigsegg Agera R.
SSC buscando callar bocas, sin lograrlo
Para que no hubiera más controversias, SSC trajo consigo todos los dispositivos medidores de velocidad que te puedas imaginar. Racelogic estaba ahí con equipo VBOX, además de Life Racing, Garmin, y la IMRA (International Mile Racing Association).
No sólo utilizaron el equipo de cada una de las cuatro marcas, y tres de ellas llevaron staff de apoyo para cualquier contratiempo. Aún así, ellos consideraron que VBOX es el sistema más respetado y confiable.
La corrida se llevó a cabo en el Kennedy Space Center, en los Johnny Bohmer Proving Grounds. Esto significó que el auto tenía solamente 2.3 millas para acelerar y 0.7 para desacelerar y por lo tanto le faltó espacio para poder superar las 300 mph.
Más problemas
Pero esos no fueron todos los problemas que SSC enfrentó, ya que el piloto que condujo el auto no fue el profesional de pruebas de la marca, sino Larry Caplin, el dueño del auto. También los radios de la caja fueron acortados para una mayor aceleración y sobreponerse a la corta distancia y para rematar el auto estaba corto en unos 300 hp, según declaró Shelby.
El mismo dijo no estar seguro que el auto es capaz de alcanzar la velocidad meta en 2.3 millas, y tampoco hizo mención sobre algún otro intento para lograrlo. Aún así, no dudo que vuelva a haber otra corrida en esta larga historia.