El Audi TT está en camino a desaparecer, pero dando un vistazo a 25 años y tres generaciones, el deportivo dejó una marca muy grande entre los entusiastas. Ya sea por su diseño único o por su desempeño, el Audi TT se ha convertido en un auto emblemático de la década del 2000.
Origen en la evolución de Audi
La historia del TT, comienza con un cambio de filosofía, nombres y diseño en Audi. El lenguaje de diseño de la marca evolucionó a uno más suave, alejándose de la forma cuadrada de los icónicos modelos Quattro y 80. Por otra parte, la nomenclatura de la marca se cambió para coincidir con el nuevo nombre y apariencia del A8. El Audi 80 era lo que es hoy en día el A4 y el Audi 100 era el A6.
Mientras trabajaban en este nuevo aspecto, cuatro diseñadores, Freeman Thomas, Torsten Wenzel, J Mays y el jefe de diseño Peter Schreyer, realizaron los primeros bocetos del TT. En 1995, el concepto fue terminado y debutó en Frankfurt en septiembre. Fue hasta 1998 cuando la producción del auto comenzó. Para ese entonces, el Porsche Boxster ya había debutado por lo que el segmento estaba ganando mucho interés.
Audi TT, en las calles desde 1998
La primera generación del Audi TT fue ofrecida con diferentes motores. El primero fue un cuatro cilindros turbo que producía 147 hp; más tarde, la potencia aumentó a 221 hp. También se ofreció el motor VR6 de Volkswagen que generaba 246 hp.
Para 2006, la marca de los cuatro aros decidió que el éxito del TT ameritaba una segunda generación. El auto ahora compartía la plataforma con el A3, pero al mismo tiempo se volvió más deportivo. Audi equipó amortiguadores adaptativos con control de conducción magnético. En 2008, Audi presentó el TTS, que obtuvo un nuevo motor turbo de 2.0 litros que genera 268 hp y que compartió con el Golf GTI. Pero ese no fue el mayor destaque de la segunda generación.
La llegada del Audi TT RS marcó el momento en el que Audi equipó motor de cinco cilindros por primera vez en el TT. En el caso del TT RS Plus, la potencia llegó a los 355 hp disponibles exclusivamente a través de una transmisión manual. Audi también introdujo un motor diésel de 2 litros para el TT, convirtiéndolo en el primer automóvil deportivo que funciona con diésel.
Audi decidió actualizar el diseño para la tercera generación del auto que debutó en 2014. La compañía se enfocó más en los cambios técnicos que en los mecánicos y en reducir el peso. Lógicamente la potencia también aumentó y esto trajo la introducción de una transmisión de doble embrague.
Esta última generación también trajo consigo el Audi Virtual Cockpit. El TT fue uno de los primeros Audi en equipar un panel de indicadores digitales que hoy en día son equipo estándar en casi cualquier auto. También comenzaron a usar faros OLED y realizaron ajustes en los amortiguadores adaptativos. Por supuesto, los motores también recibieron un aumento de potencia. El TTS de cuatro cilindros ahora producía 305 hp mientras el TT RS genera 394 hp.
Y es así como termina la historia del Audi TT. Posiblemente en un futuro cercano veamos una versión totalmente eléctrica, lo cual parece bastante posible. Lo único que nos queda es esperar que sea tan emblemático como la versión original.