El líder de Volkswagen, Thomas Schäfer, removió los cimientos de la industria automotriz al declarar a Reuters que la compañía ya no mantiene su competitividad.
Aunque el gigante de Wolfsburg ha sido durante mucho tiempo una fuerza dominante en Europa, especialmente con modelos como el Golf o el Transporter, la situación ha cambiado recientemente.
La creciente popularidad de Toyota y Stellantis, que alberga varias marcas bajo el mismo paraguas corporativo, junto con el revitalizado portafolio de Renault, ha generado preocupaciones para VW. Además, la cadena de suministro de la empresa ha sufrido considerablemente debido a la pandemia de coronavirus y la invasión de Ucrania por parte de Rusia, lo que ha creado importantes cuellos de botella.
Volkswagen ya no es una fuerza dominante
A pesar de los esfuerzos, el corporativo alemán aún no se ha recuperado por completo y enfrenta un futuro incierto. En junio, la compañía anunció planes para recortar costos en una cifra significativa de $11 mil millones. A lo anterior se suman las declaraciones de Schäfer, quien admite que la marca ya no puede considerarse competitiva. La agencia de noticias tuvo acceso a una publicación interna de VW en la que Schäfer afirmó durante una reunión en Wolfsburg: "Con muchas de nuestras estructuras, procesos y costos elevados preexistentes, ya no somos competitivos como marca Volkswagen".
Reuters afirma que incluso Gunnar Kilian, miembro de la junta directiva encargado de recursos humanos, indicó durante la misma reunión que algunos de los ahorros planeados se lograrán mediante jubilaciones parciales o anticipadas. El plan de reducción de costos finalizará denro de algunas semanas más, y Kilian señaló que la mayoría de los ahorros se alcanzarán a través de otras medidas.
Volkswagen busca estos ahorros para respaldar sus proyectos futuros, incluida la construcción de su plataforma SSP, que sustentará una gama de modelos, como el Golf totalmente eléctrico de novena generación. Además, la empresa trabaja en una evolución de su plataforma MEB y en el desarrollo de una variante más asequible para vehículos eléctricos pequeños de tracción delantera, como el ID.2.