General Motors reveló hace algunas horas su intención de invertir $888 millones en su planta de propulsión de Tonawanda, en el estado de Nueva York. Esta inversión estará destinada a respaldar la producción de la sexta generación de motores V8 de bloque pequeño.
Es la mayor suma que la compañía ha destinado a una sola instalación dentro de su estrategia para escalar la producción del nuevo motor, aún no presentado oficialmente. Además, GM ha comprometido otros $854 millones para preparar distintas plantas, entre ellas la de Flint, que recibirá 579 millones para ese mismo fin.
Una planta más eficiente para fabricar motores V8
De acuerdo con el comunicado, la inversión permitirá modernizar la planta de Tonawanda e incorporar maquinaria, herramientas y tecnología esenciales para fabricar el nuevo motor en grandes volúmenes.
Cabe recordar que el conglomerado automotriz ya había planeado invertir 300 millones en esa instalación como parte de un acuerdo preliminar con el UAW, enfocado en vehículos eléctricos.
Sin embargo, ese plan ha cambiado, y la atención ha regresado a los motores térmicos, una señal más de cómo algunos fabricantes están reconsiderando sus ambiciones de electrificación total.
Aunque GM anunció en enero de 2023 su compromiso con esta nueva generación de motores, aún no ha revelado el diseño final.
La compañía asegura que ofrecerán un rendimiento superior, con mejores cifras de consumo y menores emisiones.
Por ahora, se ha confirmado su presencia en modelos de gran tamaño como los Chevrolet Silverado, Suburban y Tahoe, los GMC Sierra y Yukon, y el Cadillac Escalade.
Considerando la herencia de los motores de bloque pequeño, no sería extraño que también impulse futuros modelos deportivos, posiblemente incluso la próxima evolución del Corvette.
