Porsche tuvo la osadía de fusionar el 911 GT3 R Hybrid con el 918 Spyder para dar nacimiento a un nuevo miembro de la dinastía alemana, el 918 RSR. Se trata de un concepto con tremendos 767 Hp.
La peculiaridad de este prototipo va más allá de la estética de un auto de carreras, como lo demuestra todo lo que lleva debajo de su espectacular carrocería. Al igual que el 911 GT3 R híbrido, dos motores eléctricos -de 75 kW- hacen girar cada una de las llantas delanteras; al sumar la potencia de ambos nos da un total de 206 Hp. Gracias al sistema de recuperación de energía, cada motor funciona como generador al momento de pisar el pedal del freno. Toda esta energía es enviada a un acumulador para después ser liberada mediante un botón ubicado en el volante. Los rebases serán pan comido al activar esta función, además de ayudar a reducir el consumo de combustible. Igualmente el sistema de frenado cuenta con una tecnología que reparte el torque entre las dos ruedas delanteras y de esta forma mejora la respuesta y agilidad del vehículo que seguramente rebasará las 200 mph.
Aunado a lo anterior, el 918 RSR monta un propulsor de combustión interna ubicado en posición central. La planta de poder es un V8 de 3,400 cc, el mismo que lleva el 918 Spyder, sólo que con 63 Hp más de poder. Con su respectiva puesta a punto esta vez el ocho cilindros alcanza los 563 Hp al llegar a las 10,300 rpm. Toda esa gallardía es llevada a las llantas traseras por medio de una caja secuencial de seis velocidades con paletas en el volante, lo que lo convierte en el purasangre de los autódromos. Al hacer cuentas y sumar el poder de los motores eléctricos de 150 kW y los 563 Hp del corazón a gasolina, nos entrega una cifra de 756 Hp - 225.5 Hp/litro.
La arquitectura del 918 RSR -de plástico reforzada con fibra de carbono- es similar a la del 918 Spyder. Varios elementos fueron añadidos para mejorar la aerodinámica del auto; el toldo, el enorme alerón de la parte posterior y el labio frontal hacen su labor para contrarrestar la fricción del viento. Otros detalles que llaman la atención, además del color gris metálico con la franja naranja, son los rines de 19 pulgadas montados sobre slicks de la marca Michelin, además del ventilador ubicado sobre la tapa del V8. El número 22 es en honor al Porsche 917 ganador de Le Mans en 1971. La cabina es auténtica de un auto de carreras, con interruptores eléctricos y un asiento tipo cubo sólo que forrado en piel. Un pantalla central es la encargada de mostrar toda la información de vehículo.
Con este 918 RSR, Porsche deja claro el tipo de tecnología que veremos en un futuro muy cercano en las competencias. Pero lo más interesante es que todo este desarrollo de ingeniería será utilizado en los modelos de la marca de Stuttgart.