Muchos consideramos al Panamera como un pequeño resbalón de Porsche; es un sedán cuyo diseño no es muy agraciado y por si fuera poco no es tan cómodo como otros lujosos autos del nicho. Pero los tuners se han encargado de mejorar la perspectiva, de darle un toque más agresivo que provoque considerarlo y sobre todo para que parezca menos feo; tal vez Porsche pretende algo similar con la versión S Hybrid, dar al cliente algo diferente, un pretexto para convertirlo en el próximo auto a comprar.
En lo personal me quedo con la opción de uno modificado, aunque insisto en que jamás pagaría por un Panamera. La interpretación Black Bison del auto por parte de Wald International, tuner japonés, parece interesante, sin importar que no incluya mejoras de rendimiento, aunque muchos de los modificadores en Japón son así. Las mejoras son principalmente exteriores, con un nuevo kit aerodinámico de fibra de carbono que incluye ambos parachoques, estribos laterales, ensanchamiento de salpicaduras traseras y un spoiler en la quinta puerta. Con esta modificación de carrocería el auto luce bastante agresivo, principalmente porque incluye varias tomas de aire que lo dotan de carácter (y ni qué decir del color mate).
Para complementar la apariencia agresiva, los rines se cambiaron por unos modulares de cinco radios dobles y están pintados en color negro con detalles en bronce para contrastar con la carrocería; obviamente son de mayor tamaño que los de serie. Además se incluyen un par de salidas dobles de escape, una a cada lado, fabricadas en acero inoxidable pulido. Por otra parte las opciones de personalización para el interior van al gusto y alcance de cada uno, personalizando alfombras y asientos, así como algunas de las superficies de tablero y consola. El Black Bison es otra prueba de que todo se puede, siempre y cuando se tenga con qué pagar.
Fuente: Shuichi Miwa de Wald International