Hace unos años el empresario germano y coleccionista de autos, Michael Stoschek, decidió hacer realidad su sueño. Revivir aquel legendario y exitoso auto de rallies de la década de los 70´s, el Lancia Stratos.
Para ello tuvo que recurrir a la casa italiana Pininfarina para que sus ideas fueran puestas en marcha y así crear se la reinterpretación moderna del magnífico modelo.
Después de dos años de trabajo por parte de diseñadores, ingenieros, técnicos y del mismo Stoschek dieron por culminada la versión del siglo XXI del Stratos. La meta fue crear un auto con el mismo espíritu de su antecesor. Poco peso, un motor central y una distancia entre ejes corta fueron las bases para la edificación del vehículo. Así como el primer Stratos llevaba un motor V6 de Ferrari, el nuevo capitulo repite la formula al montar un corazón del Cavallino Rampante, solo que esta vez el donador fue el F430 con su V8 de 4,308cc.
En total son 540 caballos de fuerza y 369 lb-pie enviados a las ruedas traseras. Con este poder despega de 0 a 62 mph (100 kph) en solo 3.3 segundos. Para llegar a las 125 mph (200 kph) desde el reposo le bastan 9.7 segundos, en tanto que la velocidad máxima es de 170 mph (274 kph). Otro de los elementos que hace del Stratos un demonio del asfalto, es la caja secuencial de seis marchas, los cambios entre relación y relación los hace en aproximadamente 60 milisegundos. Como autentico auto de rallies y para seguridad de piloto y navegante lleva instalada un jaula antivuelco.
Esta reencarnación del Stratos, utiliza el bastidor del F430, solo que el fue recortada para obtener una distancia entre ejes más compacta y obtener un manejo más ágil. Por fuera luce igual de espectacular, la piel de fibra de carbono mantiene el mismo diseño y proporciones del original Stratos. En el interior saltan a la vista asientos deportivos, tablero y paneles de las puertas están vestidos de Alcántara, mientras que el cuadro de instrumentos y volante cuentan con los elementos para poder circular en las competencias.