En 11 días, el nuevo Audi TT hará su debut mundial en el Salón del Automóvil de Ginebra. Para la tercera generación los diseñadores han reinterpretado una serie de rasgos de la primera generación de 1998, pero de forma dinámica y diversa.
Al frente destacan las líneas horizontales dominantes. La parrilla Singleframe es ancha y plana. Dos trazos curvos forman una V sobre el cofre motor. La posición de los cuatro aros es también nueva: ahora reposan centralmente en la cubierta del motor, de forma similar al R8.
Elementos verticales dividen las ranuras de entrada de aire. Los faros repiten este tema, y están texturados, con columnas divisorias que actúan como reflectores para las luces diurnas. Opcionalmente, Audi puede dotar a los faros de tecnología LED o Matrix LED, en la que diodos emisores de luz con control individual conforman el haz de luz de carretera.
Muchos detalles del perfil del nuevo TT Coupé son reminiscentes del diseño clásico de la primera generación. También en la parte trasera las líneas horizontales refuerzan la sensación de anchura y deportividad. Los elementos verticales en los pilotos traseros retoman el tema de los faros delanteros. Se mantienen siempre encendidos, otra innovación de Audi. La tercera luz de freno, en línea horizontal, une los grupos ópticos situados a ambos extremos. Todas las variantes mecánicas llevan dos amplios tubos de escape en el difusor. Como todos los modelos S de Audi, el TTS dispone de cuatro tubos de escape.
Dentro el estilo es tan ligero que parece flotar, evocando el limpio carácter deportivo del nuevo Audi TT. La consola central y el revestimiento de las puertas muestran formas fluidas. Visto desde arriba, el tablero se asemeja al ala de un avión. Las salidas de aire redondas, un rasgo clásico del TT, evocan igualmente los motores de un avión, e incorporan los mandos del aire acondicionado. Esta solución, junto con la supresión de la pantalla del MMI, ahora sustituido por el Audi virtual cockpit, posibilita la arquitectura sorprendentemente ligera del tablero.
La tercera generación del Audi TT, todo un icono de diseño, ha sido refinada tanto en su interior como exterior resultando un auto deportivo e impactante. Se distingue especialmente por sus líneas más afiladas, que han sido definidas de forma muy dinámica y precisa. A lo largo de todo el coche, la interacción de las superficies crea una magnífica tensión.