Chevrolet Corvette Stingray 2015 por Paul Stanley fue una de las muchas sorpresas presentadas en el SEMA Show Las Vegas que finalizó el pasado viernes luego de una semana llena de sorpresas.
Al igual que el año pasado, Chevrolet echó mano de uno de sus deportivos más famosos y mejor vendidos para crear distintas versiones que se convirtieron en el foco de atención de los miles de visitantes que recorrieron los pasillos del Centro de Convenciones de la populosa Ciudad del Pecado.
Es importante destacar que el Chevrolet Corvette Stingray por Paul Stanley fue uno de los autos más celosamente resguardados en el booth de la marca que una vez más ocupó un gran espacio en el Central Hall.
En esta ocasión, Chevrolet hizo mancuerna con el vocalista del legendario grupo Kiss para crear este deportivo. Y como era lógico imaginar, Mr. Stanley seleccionó un vistoso color rojo para cubrir la carrocería; rojo brillante, así como color plata para el techo, espejos laterales, portón trasero y parrilla.
Chevrolet Corvette Stingray 2015 por Paul Stanley fue uno de los muchos coches presentados por la marca en su enorme stand del Central Hall en el SEMA Show Las Vegas
Del catálogo de Accesorios Chevrolet se tomaron los rines de aluminio de color carbón; de 19 pulgadas para el eje delantero y de 20 pulgadas para la sección trasera. Al más puro estilo de los rock stars, Stanley eligió vestiduras de piel color negro con costuras de color rojo para el interior.
Un toque de muy buen gusto es que en ambos laterales posteriores se plasmó una discreta estrella que hace alusión al maquillaje que ha caracterizado a Stanley por tantos años al frente de la banda de rock.
Pero la sorpresas no terminan ahí, ya que este Corvette modificado por Paul Stanley incorpora el paquete Z51 Performance, que incluye un sistema de lubricación por cárter seco, diferencial de deslizamiento limitado, frenos de alto desempeño y un sistema de refrigeración especial para el diferencial y la transmisión.
Bajo el cofre tenemos el mismo motor de serie: V8 de 6.2 litros, que desarrolla 460 caballos de fuerza y 465 libras-pie de torque. Para garantizar un óptimo manejo y sacarle todo el jugo al motor, Paul Stanley decidió que se instalara una transmisión automática de ocho velocidades.