Top 10 Mejores Motores de Wards Auto 2016

Por primera vez en la historia, el Top 10 Mejores Motores de Wards Auto 2016 lo encabezan tres propulsores electrificados, a los que se sumaron dos V6 naturalmente aspirados, un V8 para un súper deportivo, un 4 cilindros súper cargado, un 6 en línea turbocargado y dos ganadores que repiten en la lista.

La competencia de que reconoce la mejor aplicación de ingeniería para el tren motor y los sistemas de electrificación de los autos, que está cumpliendo su 23a. edición, es organizada por el sitio especializado de información Wards Auto, cuyos editores realizan las pruebas más exigentes, bajo todas las condiciones de manejo, antes de emitir su voto.

Los editores de WardsAuto seleccionado a los ganadores durante extensos Test Drives realizado entre octubre y noviembre con cada uno de los 31 motores nominados.

“La lista de este año está cargada con innovación, desde los híbridos hasta los muscle cars. Por primer vez tenemos tres propulsores electrificados y cada uno representa una tecnología diferente: el híbrido de gasolina Prius hybrid, el plug-in hybrid Sonata y el eléctrico con motor que extiende el rato del Volt.”

- Drew Winter, Director de Contenido de WardsAuto.

Test Drives de la vida real

Los Test Drives no se realizan con ningún instrumento de medición, sino en condiciones de manejo normales como manejar de la casa al trabajo, la escuela, el super mercado o a casa de un familiar.

Su voto es determinado en base a criterios como caballos de fuerza, torsión por pie lineal, comparativas con modelos similares, rendimiento de gasolina, control del ruido en la cabina y la aplicación de nuevas tecnologías.

La lista de candidatos se formó con los 10 ganadores del año previo y 21 motores totalmente nuevos o significativamente mejorados para 2016.

Además, para ser elegibles, los vehículos con dichos motores no pueden tener un precio superior a los $61,000, $1,000 más que el límite de 2015.

Los modelos del Grupo Volkswagen no fueron tomados en cuenta para la votación de 2016, como consecuencia del escándalo TDI, que afecta a más de 11 millones de vehículos con motor diésel de 2.0 litros a los que se les instaló software para reducir la lectura de las emisiones contaminantes cuando están en laboratorios hasta en 40 veces, en comparación con los resultados en pruebas de la vida real.