A GM le está lloviendo sobre mojado. Cada verano, durante la última década, General Motors ha utilizado el área del jardín central del estadio de los Tigres de Detroit para exhibir dos vehículos. Las elecciones de este año fueron un Chevrolet Blazer RS y una Silverado 1500 LT Trail Boss, algo curioso si consideramos las inminentes negociaciones de los contratos con la UAW y la fuerte crítica que han recibido por el posible e inminente cierre de cinco plantas de Norteamérica.
La semana pasada, previo al juego inaugural de los Tigres en el Comerica Park, General Motors declaró a WXYZ-TV que eligió el crossover y la pickup porque son los vehículos más nuevos en las salas de exhibición de la marca.
GM recibió duras críticas de los sindicatos
De acuerdo con la nota originalmente publicada en Autonews, más allá de despertar alegría, la elección del Blazer reavivó la ira por los recortes de personal en las plantas de GM. Los líderes sindicales criticaron duramente a la compañía por haber colocado un vehículo fabricado en México, mientras está eliminando empleos en Canadá, Ohio y Michigan.
El representante Tim Ryan, un demócrata de Ohio cuyo distrito incluye la planta de Lordstown donde GM finalizó la producción del Cruze el mes pasado, calificó como “insensible” la decisión de haber colocado un Chevrolet Blazer.
"Es una bofetada para los trabajadores estadounidenses que exhiban autos fabricados en el extranjero en un partido de un deporte cien por ciento norteamericano ", dijo Ryan en un comunicado la semana pasada, agregando: "Esta exhibición es un insulto al incansable trabajo y dedicación que los norteamericanos han demostrado a esta empresa. GM debería saber y pensar mejor las cosas ".
Días más tarde y justo a tiempo para el juego inaugural, General Motors cambió silenciosamente el Blazer por un Chevrolet Traverse, fabricado en Michigan por los trabajadores de UAW, informó Detroit Free Press.
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