El Instituto de Investigación de Toyota (TRI) y la Escuela de Ingeniería de Stanford lograron crear una secuencia de drifting (derrape controlado) autónoma, protagonizada por dos Toyota Supra, sin la intervención de un conductor humano, tan solo gobernados por muchos sensores, cámaras y un sistema avanzado de inteligencia artificial.
Los equipos de ambos organismos desarrollaron un sistema de inteligencia artificial para aplicarla a ambos vehículos, incluyendo un modelo de neumáticos basado en redes neuronales que les permitió recopilar datos que luego serán usados en los sistemas de seguridad de los autos que se fabrican en serie.
Dos Toyota Supra realizan drifting de forma autónoma
De acuerdo con Toyota y los investigadores de Stanford, estos experimentos ayudarán a disminuir los accidentes derivados de la pérdida de control del vehículo, que cada año causa miles de accidentes que se traducen en la pérdida de muchas vidas humanas.
Los experimentos se llevaron a cabo en el Thunderhill Raceway Park en Willows, California, utilizando dos GR Supra modificados: Los algoritmos del auto líder fueron desarrollados por TRI, mientras que los ingenieros de Stanford se encargaron de los del auto perseguidor.
Stanford desarrolló modelos y algoritmos de vehículos autónomos que permitieron al auto perseguidor adaptarse dinámicamente al movimiento del auto líder para derrapar a su lado sin chocar.
Asimismo, ambos vehículos fueron objetos de algunas otras modificaciones en suspensión, motor, transmisión y sistemas de seguridad, labor que corrió a cargo de GReddy y Toyota Racing Development (TRD).
Adicionalmente, los dos deportivos fueron equipados con computadoras y sensores que les permitieron controlar la dirección, el acelerador y los frenos, así como percibir su movimiento (posición, velocidad y tasa de rotación). Aunque los dos coches estaban tripulados al momento de la prueba, el video nos permite apreciar que los tripulantes no realizaron ninguna acción, toda la labor fue realizada por la tecnología autónoma.
Gracias estas modificaciones, cada vehículo fue capaz de resolver los problemas de optimización hasta 50 veces por segundo para decidir qué comandos de dirección, acelerador y frenos fueron los óptimos para poder derrapar sin estrellarse.