Hay cosas llamativas, y luego está Mansory G-Class Grande Entrée en color oro. Ya es un símbolo de estatus en lugares como Dubái, pero la Mercedes-AMG G 63 se ha transformado en algo mucho más extravagante. Gracias a la línea Grande Entrée de Mansory, esta versión única combina rediseño total, interior de lujo y una carrocería alargada, por si el modelo original no era lo suficientemente exclusivo.
Aunque el vehículo base se fabricó en Graz, Austria, lo que salió del taller de Mansory no guarda mucho parecido con su forma original. Esta G-Class impone con su acabado dorado mate, rines al estilo Maybach y más fibra de carbono de la que uno podría imaginar. Y si el color no llama tu atención, las puertas suicidas lo harán.

No es solo una fachada llamativa
El trabajo de Mansory va mucho más allá de la pintura. La distancia entre ejes creció 20 cm, lo que permitió ampliar la parte trasera y las ventanas laterales. Ese espacio adicional se aprovechó para instalar dos asientos tipo capitán en piel crema con detalles en marrón. También hay una consola central personalizada y luces LED de ambiente que dan un aire de salón de primera clase.
Todo el cuerpo ha sido rediseñado: nueva parrilla frontal, luces diurnas LED, cofre renovado y salpicaderas ensanchadas. Las salidas de escape laterales son otra pista de que esta Clase G no es solo lujo; también sabe rugir.

Potencia que respalda la presencia
Bajo todo ese dramatismo visual hay un V8 biturbo de 4.0 litros que ahora genera 820 hp y 885 lb/ft de torque. Una mejora importante respecto al AMG G 63 original, que se traduce en cifras de rendimiento dignas de un superdeportivo. Acelera de 0 a 60 mph (0 a 97 km/h) en solo 3.5 segundos y alcanza una velocidad máxima de 155 mph (250 km/h).
A pesar de todo ese poder y lujo, sigue siendo un verdadero 4x4. Esta G-Class alargada, con asientos de lujo y pintura dorada, puede enfrentarse a las dunas con la misma facilidad con la que llega a un hotel cinco estrellas.

Mansory G-Class Grande Entrée, para personas especiales
Si te preguntas quién podría estar interesado en un vehículo así, la respuesta está en Dubái. El modelo está a la venta en el concesionario de Mansory en esa ciudad, donde la extravagancia es casi un requisito. No es para quienes buscan discreción, sino para quienes quieren destacar, incluso entre superdeportivos y SUVs de lujo.
¿El precio? No se ha revelado, y probablemente nunca lo hagan. Esto claramente entra en la categoría de “si tienes que preguntar, no puedes pagarlo”. Lo que sí está claro es que este modelo no busca pasar desapercibido.