El mercado de autos deportivos eléctricos todavía no despega, y esa situación empieza a generar tensiones incluso entre los fabricantes más influyentes del sector.
Mate Rimac, figura clave en el desarrollo de hypercars eléctricos, ha reconocido públicamente las dificultades que enfrenta este segmento. Ferrari, que había anunciado su entrada al mundo eléctrico con gran expectación, ahora se ve forzada a revaluar sus planes.
Según reportes de Reuters, respaldados por fuentes cercanas al proyecto, la marca de Maranello decidió posponer el lanzamiento de su segundo vehículo eléctrico. Inicialmente previsto para 2026, ahora se espera que llegue al mercado en 2028.
El principal motivo detrás de esta decisión radica en el escaso interés actual por los deportivos eléctricos, una señal clara de que el entusiasmo del público no ha seguido el ritmo de la innovación.

Deportivos eléctricos: Algo más simbólico que comercial
El primer modelo 100 % eléctrico de Ferrari sigue en pie, aunque con un enfoque distinto al que muchos imaginaban.
Este vehículo será producido en una tirada limitada y no responderá a una estrategia de volumen, sino a la necesidad de cumplir el compromiso de presentar un auto eléctrico para 2026. Su propósito será más representativo que comercial, marcando el inicio de una nueva era sin arriesgar demasiado.
El segundo modelo, en cambio, tenía una meta más ambiciosa en cuanto a producción y presencia en el mercado. Ferrari suele fabricar entre 5,000 y 6,000 unidades por modelo en ciclos de cinco años, pero alcanzar esas cifras con un eléctrico, en el contexto actual, resulta inviable. Así lo indica una de las fuentes citadas en el informe, quien señaló que la demanda es prácticamente nula.

El desarrollo continúa, pero sin urgencia
Aunque la prioridad no está en acelerar lanzamientos, Ferrari sigue invirtiendo en el desarrollo de tecnología eléctrica. La compañía ha registrado patentes para un sistema virtual que simula el comportamiento de un motor y caja de cambios tradicionales en un EV, una solución que recuerda a la utilizada por Hyundai en el Ioniq 5 N. Sin embargo, más allá de estos avances, el problema principal no está en la ingeniería, sino en la falta de interés del consumidor.
Este escenario no es exclusivo de Ferrari. Otras marcas italianas especializadas en alto rendimiento también han ajustado sus cronogramas eléctricos. Lamborghini decidió aplazar su primer EV de 2028 a 2029, mientras que Maserati optó por cancelar el desarrollo de la versión eléctrica del MC20.
Una industria en pausa ante un mercado incierto
A pesar de los esfuerzos regulatorios de los últimos años, las políticas que apuntaban a eliminar gradualmente los motores de combustión se han ralentizado e incluso revertido en algunos mercados. Esto ha contribuido a que las marcas adopten una postura más cautelosa frente a la electrificación.
Para Ferrari, la estrategia más sensata parece ser la observación. En lugar de comprometerse con una producción masiva que no tiene garantía de éxito, prefiere tomarse el tiempo necesario para entender hacia dónde se dirige la demanda.
Aunque por ahora el entusiasmo por los deportivos eléctricos brilla por su ausencia, no se puede descartar que un cambio repentino de percepción abra la puerta a una nueva etapa para la marca y la industria.