El Top 10 Autos 2050 muestra la gran amenaza que puede representar la industria automotriz para el calentamiento global o la gran esperanza para un mundo más limpio para las próximas generaciones.
Es evidente que no existe una solución única para lograr una movilidad sostenible, ni en las fuentes de energía, ni en los trenes motrices, por lo que hay que considerar toda la cadena de energía, desde la producción y almacenamiento hasta su conversión en energía cinética para reducir la amenaza que representan los autos.
El reto es conseguir la protección total del clima, manteniendo la movilidad como base del desarrollo social y económico en todo el mundo.
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Top 10 Autos 2050, la gran amenaza o la gran esperanza
1. El dióxido de carbono (CO2( es el principal responsable del calentamiento global y casi 70% de las emisiones globales de CO2 se debe a la combustión de combustibles fósiles, y el sector del transporte es responsable de casi un cuarto de dicho porcentaje.
2. Según diversas estimaciones, en el año 2100 la temperatura media del planeta subirá 5 grados centígrados, con consecuencias desastrosas para el medio ambiente y la humanidad.
3. Si el volumen de producción de automóviles sigue creciendo al ritmo actual, en 2050 se producirán 120 millones de autos. Según un estudio de Shell, habrá 2,000 millones de vehículos circulando en el mundo.
4. El 80% de los vehículos que se comercialicen ese año funcionarán con una propulsión completamente eléctrica (100% eléctricos y Fuel Cell Vehicles de hidrógeno), el 16% serán híbridos y solo 4% propulsados únicamente por un motor de combustión interna.
5. Si tenemos en cuenta el parque móvil mundial del año 2050, 9% de los automóviles tendrán motor de combustión interna, 25% serán híbridos y 66%, eléctricos o de hidrógeno.
6. Gracias a la electrificación y a los avances tecnológicos, las emisiones globales de los automóviles pasarán de las 3,7 gigatoneladas actuales, a 1,2 gigatoneladas en el año 2050.
El 85% de esas emisiones se producirán en las ciudades, que aglutinarán a 50% de la población mundial en solo 2% del espacio disponible en el planeta. Por este motivo es tan importante el diseño de soluciones y tecnologías para hacer más eficiente la movilidad urbana.
7. Según los cálculos realizados por la empresa alemana Schaeffler, un vehículo eléctrico todavía emite hasta 65% de la cantidad de CO2 de un vehículo comparable con un motor de gasolina, según la combinación de generación de electricidad actual dentro de la Unión Europea. Si las baterías de ese vehículo eléctrico se cargaran con electricidad generada en su totalidad por fuentes renovables, sus emisiones de CO2 caerían a solo 3% de las de un vehículo convencional.
8. El objetivo de generar el 100 por 100 de la energía libre de CO2 no se va a conseguir en las tres próximas décadas. Según datos de IEA, en 2017 se produjeron en todo el mundo 25,000 TWh de electricidad, más de 75% de fuentes convencionales. Las previsiones para el año 2050 es que se doblará esa cifra hasta las 50.000 TWh, cerca de un tercio de las cuales procederán de energías renovables.
9. Otro reto de la electrificación de la movilidad es el almacenamiento de la energía. La construcción de las baterías con la tecnología actual depende del suministro de litio y cobalto. Según las estimaciones de producción de automóviles eléctricos e híbridos, y de otros dispositivos que emplean baterías, las reservas actuales cobalto se agotarán en el año 2039; y las de litio, en el año 2047.
Sin embargo, las baterías tienen otro inconveniente actualmente: su precio. El costo promedio de un automóvil convencional es de $28,000 y para que un vehículo pueda competir con ese precio el costo de las baterías tiene que caer en 67% en la próxima década. En la actualidad, aproximadamente 45% del costo de un vehículo eléctrico corresponde al sistema de baterías; valor que debe bajar a 20%.
10. Otro sistema de almacenamiento de energía es el hidrógeno, pero una desventaja importante de la tecnología del hidrógeno es la falta actual de infraestructura para el repostaje del hidrógeno, un requisito previo para la implantación de esta tecnología. El país con más estaciones de repostaje públicas de hidrógeno es Japón, con 91; seguido de Alemania (45) y Estados Unidos (40). En España hay cuatro que permitan un acceso público.