El Ferrari Daytona SP3 es un testimonio de la capacidad de la marca para combinar ingeniería de vanguardia con un diseño inspirado en su legado. Este hiperauto ha cautivado la atención de entusiastas y coleccionistas no solo por su impresionante rendimiento, sino también por las historias únicas detrás de su creación y personalización.
Ferrari Daytona SP3, homenaje a íconos del pasado
En el corazón del Daytona SP3 se encuentra un motor V12 de 6.5 litros naturalmente aspirado que entrega 829 hp y 514 lb/ft de torque. Este motor asegura que el coche esté a la altura de los legendarios estándares de rendimiento de Ferrari, alcanzando velocidades de hasta 211 mph (340 km/h). Construido sobre el chasis del LaFerrari Aperta, el Daytona SP3 combina tecnología moderna con la esencia de los clásicos de carreras de Ferrari.
Piero Ferrari, el único hijo sobreviviente de Enzo Ferrari, utilizó este modelo como un lienzo para rendir homenaje a la rica historia de las carreras de Ferrari. Su SP3 personalizado está pintado en blanco con una franja azul que recorre toda la longitud del coche, un tributo al auto ganador del campeonato de Fórmula 1 de 1964 conducido por John Surtees y al único 250 LM de la misma época.
Legado y personalización
La relación de Piero Ferrari con la marca se remonta a 1965, cuando se unió a Ferrari como traductor para su padre. Después desempeñó papeles clave en la producción de modelos icónicos como el F40, F50 y LaFerrari. Su SP3 refleja esta profunda conexión, con asientos de cuero rojo y detalles de fibra de carbono en el interior, un guiño a los principios de diseño atemporales de Ferrari.
La personalización no se limita al coche de Piero. Entregas recientes incluyen un SP3 negro mate para el piloto de F1 de Ferrari Charles Leclerc, con detalles en rojo y blanco que representan a Mónaco, y una versión plateada mate para Carlos Sainz Jr., con acentos en rojo.
Inspiración en cada detalle
El Daytona SP3 es más que un coche; es una celebración del pasado y presente de Ferrari. El SP3 de Piero Ferrari es un ejemplo perfecto de esto. Desde su esquema de pintura inspirado en el North American Racing Team (NART) hasta su retrato encargado a un artista, que está colgado en su oficina, el coche está impregnado de la historia de Ferrari.
Aunque el hogar principal de este SP3 es tristemente el garaje, Piero tiene la intención de rodarlo aunque sea un poco. "Lo guardaré para ocasiones especiales", comenta Piero, reflejando su estatus como un objeto de colección y una obra de arte.