Los 4 ojos del ADAS (Advanced Driver Assistance Systems, por sus siglas en inglés), son los sistemas de asistencia a la conducción, que ya marcan los primeros pasos hacia una conducción completamente autónoma.
Estos sistemas facilitan funciones de seguridad como el frenado autónomo de emergencia con detección de peatones, la detección de ángulo muerto o el sistema de detección de fatiga, a la alerta de cambio involuntario y de carril, el mantenimiento activo en el carril, la alerta de tráfico trasero cruzado o el reconocimiento de señales de tráfico.
Según las autoridades de los países más avanzados en el desarrollo de la conducción autónoma, los automóviles equipados con el sistemas ADAS, permitirán reducción del riesgo de accidentes de 57%.
Estos sistemas necesitan de “ojos” que vean todo lo que sucede alrededor del vehículo y recojan esa información, para luego actuar en consecuencia y ayudar al conductor a tomar decisiones con la mayor seguridad posible.
Esos “ojos” son diferentes sensores, cada uno de ellos con unas capacidades y limitaciones por su tecnología y naturaleza.
Solo la combinación de la información aportada por todos ellos -denominada fusión de sensores- por parte del “cerebro” del automóvil, produce un reconocimiento confiable del entorno.
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Los 4 ojos del ADAS, camino a la conducción autónoma
Cámaras - Los 4 ojos del ADAS
La inmensa mayoría de las cámaras de los sistemas ADAS están montadas en el parabrisas.
Tienen la ventaja de adaptarse a diferentes tareas, reconocer colores y tener un amplio rango de 50 a 500 metros, y de hasta 180º; y las desventajas de ofrecer problemas de visión en condiciones climatológicas adversas o cuando están sucias, y de estar sujetas a ilusiones ópticas naturales.
La cámara solo “entiende” lo que ha sido previamente clasificado en su software y solo mide ángulos, todo lo demás es calculado.
Los sensores de vídeo más modernos son “estéreo”, con un rango de medición 3D de más de 50 metros (unos 150 pies).
Estas cámaras registran los objetos espacialmente, determinando su distancia, y reconocen espacios vacíos, gracias a diferentes algoritmos y el uso de la inteligencia artificial (IA).
Con todo ello, son capaces de ofrecer un reconocimiento fiable de peatones, animales y objetos; y de leer letras y números en las señales de tráfico.
Cuando se sustituye un parabrisas, hay que desmontar las cámaras del cristal roto y montarlos en el nuevo.
Una vez instalados, estos sistemas han de ser recalibrados para asegurar que funcionan con la máxima precisión y proporcionan la información correcta a los sistemas de seguridad.
Sensor de radar - Los 4 ojos del ADAS
El radar sirve para localizar objetos estáticos y en movimiento. Funciona enviando ondas de radar, que rebotan en los objetos del entorno del vehículo.
Midiendo la velocidad relativa y la distancia de los objetos con el efecto Doppler, el retraso de los cambios de frecuencia entre la señal emitida y la recibida, y la amplitud y la fase de las señales, se determina la velocidad relativa, distancia y posición de los objetos que se encuentran en los alrededores del vehículo.
El radar tiene un alcance de 250 metros (750 pies) y un rango de 360º. Sus ventajas son su fiabilidad, que no le influyen las inclemencias meteorológicas y que mide todos los valores relevantes en uno (ángulo, distancia, velocidad, parámetros del material), sin necesidad de cálculos.
En el lado adverso, no reconoce colores y ofrece un reconocimiento limitado de las formas. Suele estar instalado tras la parrilla delantera del vehículo.
Sensores de ultrasonidos - Los 4 ojos del ADAS
Son muy confiables para el reconocimiento del entorno más cercano (de hasta seis metros - 18 pies) y a bajas velocidades.
Funcionan con la técnica del sonar (como los murciélagos), enviando impulsos ultrasónicos que rebotan en los obstáculos y cuyos ecos son analizados para obtener información.
Se emplean, sobre todo, para los asistentes de estacionamiento. Estos sensores van instalados en los paragolpes.
Sensores láser LIDAR - Los 4 ojos del ADAS
Es el acrónimo de (Light Detection and Ranging, detección de luz y rango, por sus siglas en inglés) y se trata del único sensor que mide con precisión en 3D (distancia, posición y altura), con un alcance de alrededor de 200 metros (600 pies).
Sus desventajas son su elevado precio, un alcance reducido en condiciones de niebla, lluvia o cuando está sucio, que no reconoce colores –aunque sí materiales- y que tienen unas estrictas restricciones al está regulados legalmente por seguridad ocular.
Actualmente muy pocos automóviles equipados con este sensor, que se irá popularizando a medida que los vehículos ofrezcan una conducción cada vez más automatizada.