El Top 9 nuevos vicios de la conducción semi autónoma releva una nueva tendencia con la implementación de las tecnologías de seguridad.
Este fenómeno se debe a los sistemas ADAS (Sistemas Avanzados de Asistencia a la Conducción) que elevan los niveles de seguridad y reducen el número de accidentes, muertos y heridos; y también los gastos asociados a las reclamaciones a los seguros por siniestros.
Pero como todas las tecnologías a nuestro servicio, hay que utilizarlas correctamente para obtener todos sus beneficios y es muy importante comprender que los sistemas ADAS son una ayuda al conductor, no un piloto automático, que permita bajar el nivel de atención al volante.
De ahí surgen los vicios que están adquiriendo muchos conductores en la utilización de estos sistemas, que tienen mucho que ver con la teoría de compensación del riesgo (Wilde, 1988), en la que, básicamente, cada conductor está dispuesto a aceptar un nivel de riesgo constante y cuanto más seguro se siente en su auto, más riesgos asume.
Llevándolo al extremo, si fuéramos en autos de cristal conduciríamos de un modo mucho más prudente, al ser conscientes de que cualquier accidente tendría consecuencias serias.
En el polo opuesto, cuando circulamos en automóviles súper seguros, aumentamos la velocidad y somos memos precavidos, al sentirnos más protegidos.
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Top 9 nuevos vicios de la conducción semiautónoma
Frenado autónomo de emergencia
Como el conductor sabe que su auto va a avisarle y a frenar solo en caso de detectar un riesgo de colisión, se pega más al coche que va adelante o distrae durante más tiempo la atención (con la radio, el teléfono celular) mientras circula entre tráfico denso.
Frenado autónomo de emergencia con detección de peatones
Se relaja el nivel de atención al posible cruce imprudente de peatones (sobre todo, niños) en zonas urbanas, pensando que el coche va a detectarlos y a frenar solo evitando un posible atropello.
Mantenimiento de carril
Como el conductor sabe que el coche se mantiene dentro del carril y de la carretera por sí solo, se permite a sí mismo conducir con somnolencia.
Alerta de tráfico cruzado
Sabiendo que su coche tiene un sistema de alerta de tráfico cruzado, el conductor se incorpora marcha atrás a una vía sin realizar comprobaciones visuales, confiando ciegamente –nunca mejor dicho- en el funcionamiento del sistema.
Control de crucero adaptativo
Como nuestro automóvil mantiene de forma automática la distancia con el que va adelante, el conductor desatiende sus funciones y deja que el sistema siga “guiando” el coche y frene por sí solo cuando, por ejemplo, abandonamos la autopista por una salida con un coche delante.
Detector de punto muerto
Conscientes de que este sistema nos alertará de la presencia de otro vehículo en nuestro ángulo muerto, miramos menos por los espejos retrovisores o dejamos de hacerlo.
Sensor de estacionamiento
Como el sistema nos avisa con señales acústicas cuando nos vamos acercando a cualquier obstáculo, ni miramos hacia atrás al dar marcha atrás para estacionar.
Cambio de vehículo
Nos acostumbramos a relajar el nivel de atención al conducir un vehículo que equipa todos los sistemas ADAS; y actuamos igual cuando nos toca llevar uno que no los tiene, aumentando el riesgo al volante sin ser conscientes de ello.
Top 9 nuevos vicios de los sistemas ADAS
Los sistemas ADAS necesitan de “ojos” y sensores que detecten todo lo que sucede alrededor del coche y recojan la información, para luego actuar en consecuencia, proporcionando al conductor y a los ocupantes la mayor seguridad posible.
Esos “ojos” y sensores disponen de unas capacidades y limitaciones debido a su tecnología y naturaleza. Solo la combinación de la información aportada por todos ellos -denominada fusión de sensores- por parte del cerebro del automóvil, produce un reconocimiento fiable del entorno.
La inmensa mayoría de las cámaras de los sistemas ADAS están montadas en el parabrisas. Cuando se sustituye un parabrisas, hay que desmontar las cámaras del cristal roto y montarlos en el nuevo. Una vez instalados, estos sistemas han de ser recalibrados para asegurar que funcionan con la máxima precisión y proporcionan la información correcta a los sistemas de seguridad.
Versión en inglés por la AAA.