El Porsche Mission X presentado por el fabricante de Stuttgart prosigue la historia iniciada por el Porsche 959 de 1983, el Carrera GT de 2003 y el Porsche 918 Spyder de 2013. Se trata de un hiperdeportivo en toda la extensión de la palabra, equipado con la tecnología más avanzada y con un sistema de propulsión completamente eléctrico.
Aunque la firma no fue muy pródiga con los detales y número de desempeño, baste saber que, este hiperdeportivo eléctrico tiene una relación peso/potencia de 1 kilogramo por caballo, lo que lo coloca en igualdad de circunstancias con el 918 Spyder para convertirse en el nuevo vehículo homologado para calle más rápido en el circuito de Nürburgring.
Porsche Mission X, el futuro ya está aquí
Es, como cabe esperar, un concepto que cuenta con un sistema de recarga a 900 volts, que es, de acuerdo con la marca, el doble de rápido que el Taycan Turbo S.
Las baterías están colocadas en posición central, detrás de los asientos, gracias a lo cual se consigue un mejor reparto de pesos y un centro de gravedad mucho más bajo. Al igual que otros productos similares de la marca, cuenta con monocasco de fibra de carbono que cubre la estructura alrededor de los dos únicos ocupantes que caben en el interior. En este caso, Porsche ha dejado atrás el tradicional color plata de los modelos previos para apostar por un tono ocre metalizado denominado Rocket Metallic, un color que es, según la marca, un orgánico.
El diseño exterior está obviamente inspirado en el Porsche 917 y en su estructura destaca la apertura de las puertas, obviamente inspiradas en el mundo del deporte motor. Justo detrás de las puertas encontramos las cámaras que sustituyen a los retrovisores.
Con unas dimensiones de 14.76 pies de largo, el Porsche Mission X cuenta con apariencia similar al Carrera GT y el 918 Spyder.
Interior
El habitáculo es un espectacular dechado de diseño, cuenta con asientos deportivos completamente envolventes con arneses de seis puntos que forman parte de la propia estructura de fibra de carbono del auto, así como un tablero que no es simétrico, lo que le otorga un aspecto mucho más dinámico y agresivo.
Para dar un toque de originalidad, tenemos un cronometro analógico, así como varias pantallas táctiles y un volante proveniente del mundo de la competición, detrás del cual se ubican las levas, lo que deja entrever que este auto no cuenta con la tradicional transmisión single speed, común en otros autos eléctricos.
Aunque la marca alemana no habló nada acerca de una probable fabricación, es probable que en el futuro sepamos más del Porsche Mission X cuando lo veamos correr en el “Infierno Verde”.